Por mucho tiempo, me sentí perdida.

Siempre fui la persona que buscaba hacer lo correcto, cumplir expectativas y no defraudar a nadie. Pensaba que el camino seguro era el mejor.

Pero dentro de mí… algo no encajaba.

Soñaba con ser arquitecta, hasta que una profesora me dijo que no servía para eso. Me desanimé y dejé esa idea de lado. Hoy lo agradezco, porque encontré una pasión mucho más grande.

Por años, me enfoqué en lo que debía hacer, más que en lo que realmente quería. Me comparaba, dudaba de mí y sentía que nada era suficiente.

Hasta que algo cambió.

Empecé a explorar el mundo del yoga, reiki y coaching, y poco a poco me fui encontrando a mí misma. Aprendí que mi vida no la define nadie más que yo.

Pero el cambio más grande llegó cuando descubrí la Ley de Asunción.

No es lo que haces. Es quién ERES.

Me di cuenta de que mi mundo reflejaba lo que asumía como cierto sobre mí. Cuando dejé de “intentar manifestar” y empecé a vivir como si ya fuera real, todo comenzó a transformarse.

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Y ahora, quiero ayudarte a hacer lo mismo.